Hoy
el sol ha dejado paso a gotas de lluvia. Es como si la alegría del placer se
hubiese diluido en entregada agua. Ha llegado tranquila, sin apariencia de mal.
Por eso he dejado que discurra sobre mi cuerpo, que me inunde con su poder
sanador. Es tiempo de entrar en uno mismo y dejar que se diluya todo aquello
que nos hace daño para que así pueda florecer lo nuevo con mayor fuerza.
Esta
lluvia de abril viene para arrancarme el sopor y la opresora sinrazón. Viene a
traerme el bien deseado, la ilusión de vivir, la felicidad de ser uno mismo.
Esta
lluvia de abril me recuerda una frase de Epicuro que dice: Todos salen de la vida como si acabaran de entrar en ella. Así
quiero recordar el paso de todo lo malo, como una décima de segundo en una vida
llena de riqueza y abundancia, la que me ofrece ser un hombre completo.
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ResponderEliminarClaro que si, lo malos momentos te dan fuerza, ayudan a conocerse más a uno mismo, aceptarse, y seguir con el viaje sin miedos, con las ideas claras y disfrutándolo a cada momento. Un abrazo German
ResponderEliminarAsí es Roberto, hay un refrán que dice que no hay mal que por bien no venga. Lo que parece una catástrofe puede ser la puerta para la mejor experiencia, el mejor momento o la mejor vida. Gracias por acercarte hasta aquí. Un abrazo.
EliminarEfectivamente los malos momentos traen otros buenos o clarifica tes, después de un mal momento que tuve ( el corazón se resintió y no sentimentalmente, sino físicamente) fue muy aclarecedor con respecto a lo que todos buscamos
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