lunes, 28 de septiembre de 2015

De vuelta en equilibrio



Sigo caminando por este viaje lleno de silencios y diálogos interiores. Ese es el motivo de mi ausencia estos meses. Los que me acompañáis en esta marcha de pies desnudos y anhelos habillados, sabéis que no me es fácil viajar por este viaje. Hay subidas y bajadas, períodos en los que uno se siente feliz y otros en los que quisiera desaparecer. En estos momentos este lado de hombre ha ido perdiendo fuelle hasta casi desaparecer. Y digo casi, porque siempre queda un pequeño rescoldo que puede algún día avivarse de nuevo. Estoy seguro que será necesario algo más que una mirada, pero ya conocéis el dicho de que no digas nunca, nuca jamás. 

Este tiempo de verano ha sido de solitarias playas y senderos de boscosos pinos, vida familiar y la cercanía de sentir de nuevo con intensidad la piel de mujer. Con ella me basta para ser feliz, con ella no quiero pasar solo por la vida, sino vivir. Vivir con intensidad, pasión, alegría y entusiasmo. Compartir para vivir.

Han sido tanto los sentimientos que han crecido de nuevo entre nosotros que incluso pensé en dar por finalizado el viaje. Tanta fuerza he puesto en mis renacidos ímpetus, que incluso los amigos que participaban en el blog dejaron de hacerlo, los mail se durmieron, y las palabras se perdieron. No solo me silencié yo, sino también vosotros. Es como si se hubiese perdido el interés de viajar juntos, como si nada nos uniese en este onírico y real caminar, cuando en realidad nuestras energías caminan a la par. A ello se sumó que textos y fotos que guardaba en un pendrive para acompañar mis pasos en este viaje, desaparecieron de pronto.

Todo el entorno se postulaba para que deshiciera la mochila y acampase definitivamente en mi sitio. Pero al igual que se dan una serie de causalidades, que no casualidades, tienen lugar otras.

Dos mensajes insertados en el blog han hecho que reconsidere mi arribo definitivo, curiosamente uno viene de una mujer, Estrella, y el otro de un hombre, Marcos L. No tiene más importancia que esa, pues sabido es que la bisexualidad no tiene genero. Ellos, junto a un amigo de Colombia, otro de Perú y uno de España, y el número de visitas que tiene el blog día a día, me han abierto los ojos sobre una ficticia soledad desde dentro. Al leer sus palabras y sentir sus alientos he comprendido que cuando inscribes el abrazo de un hombre en tus registros, se abre la piel a nuevas sensaciones y nunca se van a borrar, por mucho que lo desees e intentes, por ello este viaje sé que va a seguir imbuido de los anhelos de un hombre casado que ahora solo siente la piel de su mujer.

Se os echaba a faltar. Ahora me siento un hombre feliz cercado de amor y silencios compartidos.

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Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente

4 comentarios:

  1. ¡Has vuelto y con cambio de "look" incluido!
    Me alegro de sentirte en equilibrio como dices y de que este verano haya sido de estabilidad y de estar feliz al lado de la persona con la que quieres compartir tu vida.
    También me alegra que el destino, al igual que conspiró para alejarte de este viaje también haya conspirado para hacerte volver, pero entiendo que cuanto más a gusto estés con tu vida y más reconciliado te sientas con tu forma de sentir y amar, menos necesidad vas a tener de dejar tus huellas aquí.
    Un abrazo y muy feliz de reencontrarte y "verte" tan bien...

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    1. Hola un-angel. Tienes más razón que un santo con tus observaciones. Para serte sincero también influyó mucho el sentirme solo por aquí. Pensé que era como una señal de que iba por el camino adecuado. Cierto es. Pero también es cierto que os echaba de menos y que se pueden compaginar los dos caminos, ya que convergen en uno solo.

      El cambio de "look" que tu dices se debe al cambio de estación, hemos pasado del verano con la sensación de frescor de las teselas en la piscina al otoño y la vendimia con esas dulces y jugosas uvas que hacen vibrar nuestros sentidos convertidas en vino.

      Contento de reencontrarte en este otoño que nos huele a lluvia. Un abrazo.

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  2. Me sumo a las felicitaciones de Un-ángel.

    ¡Pues es lo que hay! En el viaje, el camino no siempre ha de ser largo y tortuoso. La vida también te regala momentos de sosiego y serenidad y de saberse uno en su centro. Entonces te sientes pleno, y te invade el optimismo. Me alegro de que estés así y de que eso te permita ponernos a cada uno y a cada cosa en su sitio. Eso no tiene por qué ser necesariamente malo. Los que te apreciamos hemos de entender que no siempre se puede estar al 100%.

    Muy contento de reencontrarnos otra vez. ¡Ah! Y muy bonita y cálida la luz dorada que se filtra por las uvas de tu nuevo fondo. Un abrazo gordísimo.

    Salud a todos!

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    1. Hola Sagan. Gracias por vuestros beneplácitos y como decía más arriba, tenéis más razón que un santo con vuestras palabras. Como tu dices cada uno tiene su sitio, y se que el vuestro será para siempre. Por eso vuelvo y se que volveré cuando surja el descanso. Sois parte de mi.

      La alegría del reencuentro es mutua, con su copa brindo por la buena amistad. Un abrazo.

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Gracias por compartir este viaje

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