Hace frío en la calle. El invierno nos
ha envuelto mientras las hojas caen aún de los árboles. Las montañas nevadas
blanquean el fondo de la
ciudad. Miraba por la ventana contemplando el gélido día
cuando he recibido tu esperada llamada. Estás ya en la ciudad.
Ansío tanto encontrarme contigo para unir mis
labios con los tuyos, que corro en tu búsqueda. Apenas logro abrir la puerta de
la casa. Me
siento nervioso. Demasiado tiempo sin vernos, sin abrazarnos, sin sentirnos. Oigo
el sonido del agua caer en la
ducha. Entró en el baño y allí te veo, mojado, deseado, invitándome
a unir nuestros cuerpos.
La ropa cae con precipitación de mí para
unirme contigo, para recorrer con nuestras manos los caminos aprendidos entre
el deseo y el afecto.
El agua caliente inunda sentimientos, placeres nunca
olvidados. Recorre nuestras bocas, nuestros pechos, hasta enredarse en los
vellos. Se hace fácil sorber, mimar, gozar. El placer se confunde en nosotros
sin saber de donde es o de donde nace, porque surge a la vez de nuestros
deseos.
Siento como el agua nos moja con anhelos, como nos hace vibrar entre suspiros y jadeos.
Me estremezco cuando el agua te llena con mi cuerpo.
------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor
por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia.
En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará
inmediatamente
¡Benditos anhelos! ¡Ojalá siempre pudiéramos satisfacerlos con la persona adecuada...!
ResponderEliminarSalud a todos.
Me encantan las duchas compartidas.
ResponderEliminarEl otoño por fin ha llegado y con él, los deseos más íntimos. Hermosas palabras.
ResponderEliminar