Anochece, poco queda para que la tarde duerma recogida por la noche. Afuera llueve, con intensidad de notas desgarradas en una guitarra rota.
Abro la ventana y huele a melancolía, a madera quemada y tierra mojada. Dentro huele a tu dulce piel, a membrillo y canela en rama.
Puedo verte somnoliento a mi lado, acurrucado a mi sexo para sentirlo palpitar entre tus nalgas.
En el momento, solo quiero abrazar tu cuerpo caliente para que mis ojos sueñen siempre en azul.
Las fotografías proceden de Internet, y no se cita al autor por no indicarse en el lugar de origen su autoría y procedencia. En caso de incumplimiento involuntario de algún derecho se retirará inmediatamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por compartir este viaje